El Proyecto brota de una lectura crítica de la realidad, expresa conciencia de continuidad y ruptura. Implica una lectura de la historia institucional y de la realidad, con nuevas intenciones y abierta a los cambios. Tiene dos fases: una de deseo y otra de realidad. La primera señala el horizonte y la segunda devela la dureza del camino cuando se quiere marchar en dirección al horizonte.
La identidad de la propuesta se manifiesta en el conjunto de opciones, sueños, ideas, teorías, comportamientos, actitudes y acciones concretas de sus integrantes en permanente diálogo con las circunstancias, necesidades y posibilidades de lo cotidiano. Son las circunstancias y sus condiciones las que definen los contextos de su accionar.
Una nueva actitud ética para con el otro, los animales, las plantas y los bienes de la naturaleza es el cimiento necesario para una nueva civilización. Esta postura será consecuencia de cambios profundos en las relaciones económicas, políticas, sociales y culturales, ya que la conciencia ética no se cambia sin comprometerse en la lucha por la transformación de la injusticia, la desigualdad y la exclusión. La mentalidad y el pensamiento cambian a medida que los pies se mueven y las manos trabajan en dirección de la concreción de las utopías.
Actualmente, para conservar el patrimonio natural y cultural acumulado, es necesario un cambio. Para conservar la sustentabilidad necesaria a la hora de realizar un proyecto humano, abierto al futuro y al infinito, es imperioso transformar el paradigma de civilización, reinventar relaciones más benevolentes y sinérgicas con la naturaleza, de mayor colaboración entre los pueblos, culturas y religiones.
El paradigma pedagógico elegido supone el diálogo entre lo individual y lo colectivo, lo local y lo universal, el presente y el futuro, es profundamente humano, ecológico, holístico, físico y espiritual. Implica una tarea eternamente inconclusa, en constante construcción.
Dimensión pedagógica
El Colegio y Liceo reconoce en los padres y las madres, o a quien ejerza esa función, a los/as primeros/as educadores/as. Se define asimismo como un centro de educación formal en las áreas de Inicial, Primaria y Secundaria, y de educación no formal. En él se profundizan, con los recursos propios de la pedagogía y de la didáctica,:
La fraternidad implica el compromiso de forjar, a partir del reconocimiento del otro, relaciones que permitan que cada persona pueda vivir en una sociedad en la que se respete su dignidad, sus derechos y pueda desarrollar sus vocaciones. Significa la construcción de una comunidad donde todos y todas tengan iguales posibilidades, a partir del reconocimiento de la diferencia -pues asume y recrea su propia cultura y está abierto a las demás culturas- y del conflicto. Se asocia también con la formación de hombres y mujeres libres, responsables, asumiendo el trabajo como proceso de autorrealización y de desarrollo productivo, protagonistas de su propia historia, críticos/as, abiertos/as a lo trascendente, exigentes en el desarrollo de sus propias aptitudes físicas, intelectuales, afectivas y sociales.
En cuanto es un Centro de Educación sistemática, se trabajará especialmente el hecho de que los talentos y los saberes son una “hipoteca”, no son una posesión para el mero disfrute o uso personal, sino que deben ser invertidos en favor de los demás.
Las propuestas pedagógicas, las estrategias didácticas y las propias estructuras del Centro deberán ser modélicas en la construcción de personas que vivan esos valores, pues la organización interna y su presencia en la comunidad deberá responder a esos ideales.
El Centro opta por una pedagogía crítica ya que procura no ser reproductora de una sociedad cuyos valores son la antítesis de los que conforman nuestro ideario. Define a los educadores como intelectuales capaces de investigar, de confrontar la realidad con sus propuestas filosóficas y morales, de hacer la trasposición didáctica de saberes (especulativos, instrumentales, estéticos, religiosos, de uso del ocio noble) elaborados y prestigiosos, transformándolos en apetecibles para los/las destinatarios/as y factibles de ser incorporados, construidos en colectivo y desarrollados. Fundamenta su acción en los valores franciscanos y cooperativos en los que encuentra los criterios para sus relaciones interpersonales, sociales y con el medio.
En lo procedimental, fomenta la dinámica de la reflexión - acción y del trabajo en equipo. Tiene como objetivo descubrir y construir el saber en forma cooperativa, fomenta la investigación, la práctica sistemática del pensamiento y el rigor científico. Adopta el diálogo para llegar a respuestas y superar los conflictos. Propicia la formación permanente de sus miembros. Integra iniciativas lúdicas, festivas, relacionales, comunicacionales, de empleo del tiempo libre, a fin de llegar a todas las dimensiones de la persona.
La identidad de la propuesta se manifiesta en el conjunto de opciones, sueños, ideas, teorías, comportamientos, actitudes y acciones concretas de sus integrantes en permanente diálogo con las circunstancias, necesidades y posibilidades de lo cotidiano. Son las circunstancias y sus condiciones las que definen los contextos de su accionar.
Una nueva actitud ética para con el otro, los animales, las plantas y los bienes de la naturaleza es el cimiento necesario para una nueva civilización. Esta postura será consecuencia de cambios profundos en las relaciones económicas, políticas, sociales y culturales, ya que la conciencia ética no se cambia sin comprometerse en la lucha por la transformación de la injusticia, la desigualdad y la exclusión. La mentalidad y el pensamiento cambian a medida que los pies se mueven y las manos trabajan en dirección de la concreción de las utopías.
Actualmente, para conservar el patrimonio natural y cultural acumulado, es necesario un cambio. Para conservar la sustentabilidad necesaria a la hora de realizar un proyecto humano, abierto al futuro y al infinito, es imperioso transformar el paradigma de civilización, reinventar relaciones más benevolentes y sinérgicas con la naturaleza, de mayor colaboración entre los pueblos, culturas y religiones.
El paradigma pedagógico elegido supone el diálogo entre lo individual y lo colectivo, lo local y lo universal, el presente y el futuro, es profundamente humano, ecológico, holístico, físico y espiritual. Implica una tarea eternamente inconclusa, en constante construcción.
Dimensión pedagógica
El Colegio y Liceo reconoce en los padres y las madres, o a quien ejerza esa función, a los/as primeros/as educadores/as. Se define asimismo como un centro de educación formal en las áreas de Inicial, Primaria y Secundaria, y de educación no formal. En él se profundizan, con los recursos propios de la pedagogía y de la didáctica,:
- la educación, que es siempre un acto de conocimiento. En este proceso se plantean dos derechos básicos: el derecho a saber lo adquirido por la experiencia de la vida de los pueblos y el derecho a participar en la producción del conocimiento que no está todavía creado;
- la vivencia de los valores, que comienzan y se imparten en el hogar, e iluminan cuando es necesario resolver conflictos;
- la construcción de una sociedad en la que los/as niños, niñas y jóvenes se apropien de los saberes y sean capaces de transformarlos de acuerdo con sus convicciones. En la que sean valores: la conciencia de su dignidad y de la dignidad de cada ser vivo por el mero hecho de serlo (vegetales, animales, hombres y mujeres, seres perfectibles por definición), la minoridad y la fraternidad.
La fraternidad implica el compromiso de forjar, a partir del reconocimiento del otro, relaciones que permitan que cada persona pueda vivir en una sociedad en la que se respete su dignidad, sus derechos y pueda desarrollar sus vocaciones. Significa la construcción de una comunidad donde todos y todas tengan iguales posibilidades, a partir del reconocimiento de la diferencia -pues asume y recrea su propia cultura y está abierto a las demás culturas- y del conflicto. Se asocia también con la formación de hombres y mujeres libres, responsables, asumiendo el trabajo como proceso de autorrealización y de desarrollo productivo, protagonistas de su propia historia, críticos/as, abiertos/as a lo trascendente, exigentes en el desarrollo de sus propias aptitudes físicas, intelectuales, afectivas y sociales.
En cuanto es un Centro de Educación sistemática, se trabajará especialmente el hecho de que los talentos y los saberes son una “hipoteca”, no son una posesión para el mero disfrute o uso personal, sino que deben ser invertidos en favor de los demás.
Las propuestas pedagógicas, las estrategias didácticas y las propias estructuras del Centro deberán ser modélicas en la construcción de personas que vivan esos valores, pues la organización interna y su presencia en la comunidad deberá responder a esos ideales.
El Centro opta por una pedagogía crítica ya que procura no ser reproductora de una sociedad cuyos valores son la antítesis de los que conforman nuestro ideario. Define a los educadores como intelectuales capaces de investigar, de confrontar la realidad con sus propuestas filosóficas y morales, de hacer la trasposición didáctica de saberes (especulativos, instrumentales, estéticos, religiosos, de uso del ocio noble) elaborados y prestigiosos, transformándolos en apetecibles para los/las destinatarios/as y factibles de ser incorporados, construidos en colectivo y desarrollados. Fundamenta su acción en los valores franciscanos y cooperativos en los que encuentra los criterios para sus relaciones interpersonales, sociales y con el medio.
En lo procedimental, fomenta la dinámica de la reflexión - acción y del trabajo en equipo. Tiene como objetivo descubrir y construir el saber en forma cooperativa, fomenta la investigación, la práctica sistemática del pensamiento y el rigor científico. Adopta el diálogo para llegar a respuestas y superar los conflictos. Propicia la formación permanente de sus miembros. Integra iniciativas lúdicas, festivas, relacionales, comunicacionales, de empleo del tiempo libre, a fin de llegar a todas las dimensiones de la persona.
Centro Cooperativo de Enseñanza Colegio y Liceo San Francisco de Asís
José Llupes y Vitoria. Montevideo, Uruguay Mapa de ubicación Tel. 2 308 78 64 * 2 305 43 97 Email: [email protected] |